Tras la muerte en 1999 de don Alfredo Suwald, su hija, Andrea, asumió el mando de la repostería con ideas nuevas y, al igual que los anteriores dueños, con la conciencia de una responsabilidad social enorme.

Para festejar sus 75 años, el 8 de agosto del 2005, El Astor ofreció, en su sede de la carrera Junín, una agradable fiesta con sus 150 empleados, en presencia del Alcalde de Medellín Sergio Fajardo, quien en nombre del Municipio entregó la Medalla al mérito Cultural y Educativo, Porfirio Barba Jacob Categoría Oro. Así mismo, el Gobernador Antioquia otorgó a la Repostería el Escudo de Antioquia Categoría Plata, máxima condecoración a las personas y empresas que entrega la Gobernación. De otra parte, con motivo de su celebración, El Astor recopiló su historia, en el libro Astor, Corazón de Medellín, 75 años, en el que se constata la trascendencia que la Repostería ha tenido y conserva en la ciudad.

Al igual que en tiempos de la inauguración de El Astor, en el siglo XXI, la carrera Junín conserva su importancia. Por allí transitan más de 300 mil personas al día y, muchas de éstas han visitado el Salón de Té después de su agradable remodelación. Así mismo, en el sector de El Poblado tuvo muy buena acogida el nuevo Astor en un amplio local contiguo a la planta, y otro en el Centro Comercial Oviedo, atendiendo la demanda de la alta sociedad que reside en la zona. Dos años después, tras abrir un punto de venta más, en el Mall Comercial San Lucas Plaza, también para atención del sector sur, se cerró el de Oviedo. Luego, los habitantes del occidente de la ciudad celebraron la llegada de la Repostería, ubicada en el área de gran ambiente social y comercial que se ha posicionado como la zona rosa de Laureles.

A partir del 2008, desde nuestra página web sección Envíos los medellinenses han podido calmar sus antojos de El Astor y, a su vez, otras personas desde distintos lugares del mundo han podido ofrecer especialidades de la Repostería a residentes en Medellín. Al mismo tiempo, se implementó el servicio Institucional para las fiestas y reuniones de empresarios de la ciudad, y la línea de Domicilios para particulares.

Entre los cambios que han llegado para El Astor con el nuevo siglo, se destaca la presencia de la Repostería en los principales eventos y ferias de la ciudad, así como el nuevo uniforme de “las niñas” que atienden los Salones de Té, cuyo diseño fue seleccionado por concurso entre estudiantes de modas de la Colegiatura Colombiana. Y, como si fuera poco, a sus nueve líneas de productos: helados, confitería, bombonería, pastelería, panadería, repostería, galletería, fruta cristalizada y mazapán, El Astor agregó su línea dietética en repostería, el tradicional jugo de mandarina y los chocolates.

Para concluir la década, se emprendió y llevó a cabo la remodelación, y la ampliación de la planta de producción a 2.000 metros cuadrados, con el ánimo de acogerse a las buenas prácticas de excelencia en manufactura.